El Gran Rescate [2005]
Los prisioneros recibían apenas dos comidas al día a base de arroz cocido, a veces acompañado de fruta, sopa o carne. A fin de complementar esta pobre dieta, los prisioneros fueron capaces de pasar de contrabando alimentos y suministros ocultos en sus ropas durante sus salidas de Cabanatuan. Para evitar que la comida extra, joyas, diarios y otros objetos de valor fueran confiscados, los presos los escondían en la ropa, en las letrinas o los enterraban en las cercanías antes de las inspecciones programadas. Los prisioneros obtenían alimentos por múltiples vías, como el robo, el soborno a los guardias, el cultivo de hortalizas y la captura de animales que entraban en el campo, como ratones, serpientes, patos o perros callejeros. La resistencia filipina logró introducir clandestinamente pastillas de quinina, lo que salvó las vidas de cientos de enfermos de malaria. Los japoneses obligaron a un técnico de radio estadounidense a reparar sus radios, pero éste robaba piezas, lo que le permitió a los prisioneros disponer de varias radios. Un grupo de prisioneros de Corregidor, antes de la entrada al campo, ocultaban entre sus ropas cada uno una pieza, que volvían a ensamblar una vez dentro. Estas radios eran capaces de captar emisoras de San Francisco, los que les permitió a los prisioneros conocer los avances aliados en la guerra.
Inspirada en hechos reales, la película de John Dahl se apoya en buenos actores como James Franco, Joseph Fiennes, Connie Nielsen, entre otros.
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Henry Mucci |
La
misión fue un éxito y el teniente coronel Henry Mucci y el capitán Robert
Prince fueron condecorados por esta acción con la Cruz por Servicio
Distinguido, la segunda en importancia.
El
campo de prisioneros de Cabanatuan ocupaba una extensión de más de 40 hectáreas en
forma de rectángulo y estaba dividido por una carretera. A un lado de la misma
se encontraban las dependencias de los guardias japoneses, mientras que al otro
se hallaban las chozas de bambú de
los presos y el hospital, conocido como la "Sala Cero" porque allí
esperaban la muerte los presos desahuciados. Las alambradas que rodeaban el
campo tenían unos 2,4 metros de altura con y torres de vigilancia de
unos cuatro pisos de altura.
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Mapa de la región de Cabanatuan |
Llegó
a albergar hasta 8000 soldados estadounidenses, junto a un pequeño número de
soldados y civiles de otras naciones, convirtiéndose en el mayor campo de
prisioneros de guerra en territorio filipino. Este número se redujo de manera
significativa cuando los soldados en buenas condiciones físicas fueron enviados
a otras áreas de las Filipinas, a trabajar como esclavos. Las disposiciones de
la Convención de Ginebra fueron ignoradas,
los presos eran llevados fuera del campo y obligados a trabajar en fábricas
para construir armamento japonés, descargar buques y reparar aeródromos.
Una
cámara fotográfica introducida de contrabando sirvió para documentar las
condiciones del campo. Los presos también consiguieron alguna arma de fuego.
El
campo conoció múltiples intentos de fuga, la mayoría fracasados.
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