Al Final Del Túnel [2016]
Joaquín (Leonardo Sbaraglia) es un hombre que, por circunstancias de la vida, posiblemente a causa de un horrible accidente de vehículo en el que fallece su mujer e hija, tiene que seguir su vida en una silla de ruedas paralítico de piernas hacia abajo. Su casa, un desastre, nota la pérdida de lo que un día fue alegría. Decide poner un anuncio para alquilar una habitación, al que responde la bailarina de striptease Berta (Clara Lago), que se muda allí con su hija Betty, la cual lleva dos años sin hablar, pero no es muda. Esconde un secreto que guarda en el oído del maltrecho Casimiro, el viejo perro de Joaquín. Gracias a su presencia la casa cobra alegría, y la vida de Joaquín empieza a brillar de nuevo.
Sin embargo una noche, mientras repara ordenadores en su sótano, Joaquín escucha un tenue ruido que le hace descubrir que al lado de su casa hay una banda de atracadores comandada por Galereto (Pablo Echarri) está construyendo un túnel bajo su casa con el fin de atracar el Banco República. De esta forma empieza a espiar a los ladrones para intentar frustrar sus planes descubriendo que Berta no es quién dice ser y que en realidad colabora con ellos.
El tercer largometraje de Rodrigo Grande cumple los tres requisitos para un buen thriller, la atmósfera, la tensión y los giros de tuerca. Sin embargo, desde el principio no se atisba nada sobre lo que va a ser el devenir de los personajes hasta que Joaquín decide escuchar a los vecinos detrás de la pared de su sótano. Entonces es cuando cambia el tono de la película y con él el ritmo crece en intensidad. Como malo de la película está Pablo Echarri el cual lo encarna de una manera sensacional.
Quizá el personaje de Clara Lago no aporte mucho a las intenciones de Joaquín que bien podría haber pasado perfectamente sin ella dado que está en la cama atada, o bien tampoco quedan claras las intenciones de Joaquín de sumarse al proyecto de los atracadores.
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